Ansiedad, cómo saber si la padeces.
La ansiedad es un estado de nerviosismo que puede condicionar la vida de la persona que la sufre. Suele ser una de las principales causas por las que se consulta a un especialista. En muchas ocasiones aparece a asociada a estados de ánimo depresivos, duelos, consumo de sustancias, rupturas amorosas, trastornos de la conducta alimentaria, etc.
A continuación se explican aspectos que la diferencian de otras dolencias para responder a la pregunta: ¿Cómo saber si padeces ansiedad?
En muchas ocasiones hay personas que confunden un ataque de ansiedad con un infarto o problemas cardíacos. Esto se debe a que uno de sus síntomas más característicos es el aumento del ritmo cardíaco, sudoración, temblores, dolor en el pecho y respiración acelerada. De hecho, muchos pacientes han acudido alguna vez a urgencias pensando que tenían un problema orgánico cuando en realidad se trataba de ansiedad.
A nivel psicológico, la ansiedad hace sentir la existencia de un peligro inminente o una catástrofe. A veces, puede convertirse en una ansiedad muy intensa ya que pueden aparecer pensamientos intrusivos que incluyen a personas queridas. Por ejemplo, pensar que algún familiar va a tener un accidente, que vas a ser víctima de un atraco…
Suele causar también problemas para conciliar el sueño. La ansiedad, al cursar con síntomas físicos y pensamientos angustiosos puede impedir que concilies el sueño de forma tranquila y relajada. Son comunes también las pesadillas cuando se padece ansiedad y la sensación de nudo en la garganta.
Algunas de las personas que llevan tiempo padeciendo ansiedad confiesan haber tenido en alguna ocasiones, sino en repetidas, problemas gastrointestinales. Lo que les ha empujado a evitar situaciones sociales e incluso laborales. También se puede padecer dolor de cabeza, tensión o debilidad muscular y sensación física de agotamiento constante.
En estos casos que es el cuerpo el que comienza a manifestar los síntomas de la ansiedad, puede aparecer también el temor asociado a salir de casa: agorafobia. Se comienza a generalizar el miedo a que fuera de casa puedes encontrarte con algún problema físico, lo que hace que cada vez con más frecuencia la persona evita salir de casa.
Lo anterior, sumado a los síntomas físicos que acompañan la ansiedad, generan pérdida de concentración en tareas cotidianas. Lo que provoca problemas en el trabajo, en la planificación del día a día. Dificultad para cumplir con las rutinas habituales, olvidos importantes… Lo que lleva consigo muchas veces problemas en las relaciones de pareja, amistad y familiares.
Es necesario poder obtener un buen diagnóstico que permita a la persona saber si lo que sufre es ansiedad u otro problema orgánico. Por lo tanto, si se sufren dificultades físicas es importante consultar siempre a un médico.
En caso de que estemos hablando de un problema psicológico de ansiedad, la psicoterapia puede ayudarte a controlar los síntomas físicos para que éstos no intercedan en tu vida. Pautas para controlar y eliminar los pensamientos que te dañan, y técnicas que profundicen en la causa del malestar para poder solucionarlo.