¿Qué es la ansiedad generalizada?
Hablamos de trastorno de ansiedad generalizada cuando se siente, además de los síntomas físicos propios de la ansiedad: temblor en extremidades, respiración acelerada, tartamudeo, etc. Preocupación excesiva por diferentes sucesos o actividades relacionados con la vida diaria. Lo que puede provocar alteración en el estado emocional afectando a: la percepción de nosotros mismos, a la autoestima, al sentimiento de realización personal… Lo cual puede perjudicar la visión que tenemos como personas, pudiendo afectar también a nuestras relaciones personales, laborales y familiares.
Según el National Institute of Mental Healt, algunas de las señales de la ansiedad generalizada son:
- Dificultad para controlar preocupaciones constantes.
- Ser conscientes de que éstas te preocupan mucho más de lo que deberían.
- No ser capaz de relajarse.
- Falta de concentración en tareas cotidianas.
- Ser fácilmente sorprendido.
- Tener problemas para dormir o permanecer dormido.
- Sentirse cansado todo el tiempo.
- Dolores de cabeza, de los músculos, del estómago o dolores inexplicables.
- Temblores o tics (movimientos nerviosos).
- Sentirse irritable, sudar mucho, y marearse o sentir que falta el aire.
- Necesitar ir al baño con mucha frecuencia.
Estas señales pueden estar vinculadas a vivencias relacionadas con nuestras relaciones familiares, personales, laborales, o asociadas a diferentes actividades como el trabajo, el ocio, etc.
Algunas de las causas relacionadas con la ansiedad generalizada son:
- Exposición a vivencias traumáticas y/o dolorosas.
- Percepción del mundo como un lugar peligroso, lo que nos predispone a permanecer en alerta.
- Percepción infravalorada de uno mismo.
- Problemas psicológicos que cursan con ansiedad.
- Estar bajo los efectos de alguna droga.
- Exceso de cafeína o bebidas estimulantes.
- Gran necesidad de perfeccionismo y de control.
Con todo, en muchas ocasiones suele estar asociada a los síntomas de la ansiedad generalizada una dificultad o un problema que arrastramos relacionado con aspectos emocionales.
Así, en psicoterapia encontramos muchas veces que la ansiedad protege a la persona de sentir o elaborar acontecimientos dolorosos. Que son en ese momento difíciles de soportar, ya que pueden traer consigo emociones y sentimientos como la tristeza, la frustración, el sentimiento de impotencia o la rabia. Por ello, es necesario explorar sus posibles causas, ya que éstas pueden haber aparecido a lo largo de la historia vital de la persona, así como estar relacionada con hechos estresantes del presente, o con cierta incertidumbre hacia el futuro.