Trastornos de la conducta alimentaria

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Los trastornos de la conducta alimentaria tienen sus causas en múltiples factores y se caracterizan por la relación que establece la persona con la comida en manifestación a determinados aspectos psicológicos.

Los problemas psicológicos asociados a la comida tienen que ver con la expresión y elaboración de diferentes emociones, sensaciones y sentimientos, como por ejemplo: culpa, sensación de abandono, rabia, tristeza, angustia, ansiedad… A través de la relación de control o descontrol con la comida la persona trata de lidiar con éstas emociones provocadas por diferentes causas: episodios traumáticos, situaciones estresantes, duelos, distorsión de la imagen corporal, baja autoestima, presión social, etc.

El trabajo en psicoterapia te ayudará a identificar esas emociones y a elaborarlas, evitando así que padezcas un trastorno alimentario.

Existen diferentes trastornos de la conducta alimentaria:

La bulimia nerviosa se caracteriza por la existencia de episodios de atracones y por la necesidad de llevar a cabo acciones compensatorias como por ejemplo: provocarse el vómito, realizar ejercicio físico excesivo, uso de laxantes, realizar ayuno, etc. La ingestión de los alimentos en el momento del atracón es una cantidad superior a la que una persona podría ingerir en un momento dado bajo las mismas circunstancias. Durante el mismo, la persona experimenta pérdida de control sobre la cantidad que está ingiriendo, sintiendo que no puede para de comer o controlar lo que come. Otra de las características es que la autoevaluación personal está muy influída por el peso corporal y por la silueta de la persona. La gravedad de este trastorno se mide por el número de veces que tienen lugar los atracones a lo largo de la semana.

Este trastorno se caracteriza por:
Ingerir en un corto periodo de tiempo una cantidad de comida superior a la que la mayoría de la gente podría consumir en el mismo tiempo bajo circunstancias similares.
Sensación de perdida de control sobre la ingesta durante el atracón. La persona siente que no puede parar de comer y/o controlar lo que está comiendo.
Además de ello, durante o después del atracón la persona puede experimentar:
Que come hasta sentirse exageradamente llena.
Que no tiene hambre física pero es incapaz de parar de comer.
Necesidad de comer a solas por vergüenza hacia la cantidad que ingiere.
Sentirse deprimida y avergonzada por el episodio de atracón.
Malestar al recordar los atracones.
Este trastorno no se asocia a la toma de medidas compensatorias como ejercicio físico excesivo, uso de laxantes, provocación del vómito, etc.

Este trastorno se caracteriza por:
Restringir la ingesta de alimentos en relación a las necesidades energéticas, provocando una disminución del peso corporal en relación a la edad, sexo, salud física y el curso del desarrollo.
La persona siente un miedo intenso a ganar peso o a desarrollar una obesidad, aun estando por debajo de su peso recomendable en relación a su salud.
También existe una evaluación errónea sobre el peso corporal y la autoimagen, existiendo distorsión en la misma.
La anorexia puede ser de tipo restrictivo: La persona no ha tenido episodios de atracones o purgas, debiendo la pérdida de peso al uso de dietas, ayuno y/o ejercicio físico; Tipo con atracones/purgas: La persona si ha recurrido a atracones o purgas (por ejemplo: provocación del vómito tras la ingesta, uso de laxantes, diuréticos, enemas).
La gravedad de la anorexia nerviosa se calcula a través del Índice de masa corporal (IMC).

La persona tiene episodios recurrentes de ingesta de alimentos por la noche, bien al despertarse del sueño o por un consumo excesivo de alimentos después de cenar. La persona tiene conciencia y recuerdo de la ingesta.
La ingestión nocturna de alimentos causa malestar significativo y/o problemas del funcionamiento. El patrón de ingestión alterado no se explica mejor por el trastorno por atracón u otro trastorno mental, incluido el consumo de sustancias, y no se puede atribuir a otro trastorno médico o a un efecto de la medicación.

La hiperfagia se caracteriza por un aumento excesivo de la sensación de apetito e ingestas descontroladas de alimentos, sin razón aparente. Puede ser una reacción ocasionada por acontecimientos estresantes pudiendo provocar aumento de peso u obesidad.
Duelos, accidentes, intervenciones quirúrgicas y acontecimientos emocionalmente estresantes pueden dar lugar a una «obesidad reactiva», en especial en personas predispuestas a la ganancia de peso.
Cuando el deseo de comer está aumentado o incontrolado la persona se sorprende comiendo a cualquier hora, incluso después de haber comido y la ingesta es de grandes cantidades.

Es necesario descartar enfermedades asociadas al aumento de la ingesta de alimentos o el uso de medicamentos que provoquen la necesidad de aumentar la ingesta.

El tratamiento de los trastornos de la conducta alimentaria ha de realizarse desde un enfoque integrador, que tenga en cuenta las necesidades personales de la persona y las características específicas de su trastorno. Es necesaria la combinación de técnicas psicológicas que favorezcan una correcta alimentación, así como un trabajo emocional que permita a la persona tener una relación saludable con la comida.

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