Abuso sexual

Hablamos de abuso sexual cuando ha habido cualquier tipo de contacto sexual no consensuado o no permitido. No tiene por qué ir unido a la penetración o la agresión física, incluyendo entonces tocamientos, masturbación, o exposición a vídeos, entre otras.

Puede darse dentro de la familia, en la pareja, en una institución, a través de un conocido, en el lugar de trabajo… El abuso sexual puede ocurrir en la infancia, en la adolescencia o en edad adulta, y puede tratarse de un episodio aislado o prolongado en el tiempo.

Uno de los primeros pasos para superar las posibles secuelas del abuso o abusos es reconocérselo a uno/a mismo/a. La persona agresora puede estar relacionada con nuestro entorno cercano y, en muchas ocasiones, aprovechar un exceso de confianza para realizar el abuso, por lo que la toma de conciencia o aceptación de lo ocurrido suele ser uno de los pasos más complicados.

En ocasiones puede ocurrir que la persona que ha sufrido el abuso lo olvida durante mucho tiempo, hasta que aparece el recuerdo de lo vivido.

Si este es tu caso, puedo proporcionarte un espacio seguro en el que desarrollar un proceso profesional y de escucha empática para aclarar los aspectos emocionales y vivenciales que rodean al abuso, y realizar una psicoterapia que te libere de las posibles secuelas psicológicas.

Las personas que han sufrido abuso sexual pueden presentar algunas de las siguientes características:

• Trastorno de estrés postraumático.
• Miedo a ser tocada.
• Miedo a la intimidad.
• Insomnio.
• Vergüenza.
• Culpa.
• Adicciones.
• Trastornos de la conducta alimentaria.
• Trastornos del estado de ánimo.
• Ansiedad.
• Problemas sexuales.
• Problemas en las relaciones sociales y/o de pareja.
• Desconfianza.
• Rechazo de alguna parte del cuerpo relacionada con el abuso.